qué el alma se apiade

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qué el alma se apiade de nuestros dioses

de palabra y ceniza.

este lenguaje que me oprime,

y sólo recoge el aire de nombrarte, y

no te concibe,

el lenguaje que me queda,

el que he perdido,

palabras

que tengo en la punta del olvido;

qué el alma se apiade.


17 comentarios:

Anónimo dijo...

SI MI AMIGO, NOSOTROS SOMOS LOS VERDADEROS DUEÑOS DE NOSOTROS.
UN ABRAZO

Beatriz Boca dijo...

qué maravilla! Kynicos, qué se apiade.

José Luis dijo...

palabras que tengo en la punta del olvido...excelentes palabras!!
Nunca defraudas.
Un abrazo!

Lapislazuli dijo...

Que se cumpla tu deseo. Beso

merche marín dijo...

¡cómo me gusta, Kynicos! Me parece muy bien definido este sentimiento que te embarga.
Besicos.

Francesc Cornadó dijo...

Esto de tenerlo "en la punta del olvido" es una maravilla. Te felicito, muy buen poema.
Salud
Francesc Cornadó

Andri Alba dijo...

Sí que es buen poema.

Y a veces necesitamos piedad del alma, muy cierto.

Un abrazo fuerte.

:)

Andri Alba dijo...

Buena semana.

Abraham dijo...

Alma, pía.

Crista de Arco dijo...

Que se apiade. Amén *

Un beso o 2 #

Marinel dijo...

Me parece estremecedor,casi emocionante esa desolación ante la posibilidad de olvidar hasta el hablarle a ese amor sin el que nada se es.
Un beso.

Reina dijo...

"palabras que tengo en la punta del olvido" :)

TORO SALVAJE dijo...

Absolutamente conmovedor ese dolor.

Saludos.

Anónimo dijo...

Va creciendo nuestro poeta KYNIKOS, sube las dimensiones de la poesía, porque cuando el autor se entera de la insuficiencia de la palabra, es cuando ha dejado atrás lo iniciático y ahora se prepara para crear otras palabras, otra unión de palabras, otros sonidos que serán su sello.
¡Mil abrazos, poeta, mil abrazos! Día grande para tus lectores esta fecha.

merche marín dijo...

Kynicos, dejé un premio para ti en mi blog. Me haría mucha ilusión que lo recogieras. Gracias, corazón.

Luz Leira dijo...

Celebremos el reencuentro, Kynicos : ). Qué fantástico volver a leerte, un abrazo.

Manuel Marcos dijo...

Mi querido kynicos, gran poeta de voz inconfundible y auténtica: un abrazo.