se me secó la luz



porque se me secó la luz y ya no fluye

porque no traspasa más que a golpes

se dispara como bolas de nieve, como por cañones, un alud que revienta en mi ventana

y romperá el cristal que ha comprometido su sinceridad con reflejos de manchas hundidas

porque abro la puerta sólo cuando la noche se cierra, así no me arruine la ventisca de la mañana

porque estoy cansado de barrer el día de cada día

porque si no estallan, las bombillas chorrean un reloj de arena que se amontona en el suelo

destellos de luz arremolinándose según la corriente

por todas las estancias de la casa

frías cenizas encendidas, luz suspendida como el polvo que corta la luz en la capilla

que ciega entre chispas y atraganta en espinas, alfileres de aire, meteoros asidos por la deriva

el rastro brilla en resquicios inaccesibles, y ya no recuerdo el negro profundo de la oscuridad, y no duermo

por las sombras colgadas del techo

porque se me secó la luz y no perfila bordes

por las estacas prendidas en una realidad marcadamente herida

no subiré más persianas

porque se me secó la luz

porque no quiero ver como se desgrana el horizonte