dibujado junto a ti




junto a ti hay dibujado un ojo,

dibujado en la cuartilla,

como si partido en dos, pero de un sólo trazo

-metafísico-

Y el ojo llora una lágrima larga, eterna

que hace de cuerpo y se clava en su sombra,

que hace de suelo,

y me pregunto si soy el ojo que llora, si

lo partí yo, si llora por mí,

o, acaso, la sombra a la que clavas el llanto

de tu ojo en la cuartilla

dibujado junto a ti.



saltan las horas


saltan las horas

por el campanario

en un reguero de agujas

clavadas al suelo

con peso de años

y otra cara de imbécil

acompañando

al fin

a tantas más



regreso.


no me equivoco si te digo que regreso sin haber aprendido de las guardias nocturnas donde el imposible prostituye, y el viaje a la tangente.

regreso a los soterrados ayes que agolpan mis oídos, al hemistiquio de tropiezos, y tráfico de etcéteras, donde se estanca el negro de las letras.

al aire manchado de quejas regreso, a las úlceras del verbo, su conjura, y la orilla que entierra el castillo, el mar picado por la pluma.

el sacrificio de la carne que huele a papel quemado, la pena en espera de llenar su voz, regreso, y la lengua que busca en el vertedero de mi boca.

regreso y quizás me equivoque, al pulso, la medida; si te dijera que regreso porque he perdido los fuegos, todos los fuegos de los que huía.